Setas

Surtido de setas frescas: champiñones, boletus, rebozuelos, setas ostra, champiñones blancos

Las setas son un ingrediente que ofrece un sabor umami único, un alto valor nutricional y múltiples aplicaciones culinarias. Son adecuadas tanto para platos diarios como para presentaciones festivas – ya sean fritas, guisadas, al horno o en salsas y sopas. Las setas combinan bien con verduras, cereales, productos lácteos, carnes y hierbas aromáticas. Más información sobre los ingredientes para ensaladas en la sección principal.

Diferentes tipos de setas

Tipos de champiñones blancos

Los champiñones blancos son los hongos cultivados más conocidos, utilizados en cocinas de todo el mundo. Se valoran por su versatilidad, sabor suave y facilidad de preparación. Existen varias variedades principales –desde los clásicos blancos hasta los marrones y reales–, cada una con sus propias características. En este artículo analizamos sus diferencias, valor nutricional, usos culinarios, normas de conservación y su papel en una alimentación equilibrada.

Champiñones: versátiles y accesibles

Los champiñones, también llamados setas blancas, son los hongos cultivados más comunes y están disponibles durante todo el año. Tienen una textura suave, un sabor neutro con un toque a nuez y absorben bien los aromas de otros ingredientes. Se pueden comer crudos, hervidos, fritos, guisados, al horno o rellenos. Se cocinan rápidamente y no requieren preparación compleja. Estas setas se usan con frecuencia en ensaladas, pizzas, gratinados, salsas, tortillas y sopas. Combinan bien con huevos, nata, queso, carne y hierbas. Gracias a su bajo contenido calórico y alto nivel de proteínas, los champiñones son populares en dietas saludables. Por ejemplo, una crema de champiñones con nata y queso curado es un plato principal saciante y delicado, fácil de preparar. Los champiñones son una elección ideal para el menú diario y se adaptan a cualquier receta.

Setas silvestres: aroma, estacionalidad y carácter

Las setas silvestres son un grupo de hongos comestibles que crecen de forma natural; entre los más conocidos se encuentran los boletus, rebozuelos, boletus de abedul, níscalos, boletus amarillos y setas de miel. Tienen un aroma pronunciado, una textura carnosa o crujiente y requieren limpieza minuciosa y cocción. A diferencia de los champiñones, las setas silvestres están disponibles por temporada – generalmente desde finales de primavera hasta mediados de otoño. Se utilizan para freír, guisar, hornear, preparar sopas, salsas o rellenos para crepes o empanadillas. También se secan o encurten para conservar en invierno. El aroma del boletus es especialmente apreciado en la cocina europea – tanto fresco como seco. Por ejemplo, boletus guisados con cebolla, ajo y aceite de girasol forman un plato de intenso aroma forestal, ideal como guarnición o cena principal. Las setas silvestres aportan profundidad, complejidad y naturalidad a los platos.

Setas ostra, eryngii y otras variedades cultivadas

Además de los champiñones, otras setas cultivadas están ganando popularidad – como las setas ostra, eryngii (setas ostra reales), shiitake, enoki y otras. Tienen texturas variadas: desde delicadas y sedosas hasta firmes y crujientes, con un perfil de sabor rico y cercano al de la carne. Estas setas contienen mucha proteína, fibra, vitaminas del grupo B y antioxidantes. Las setas ostra son excelentes para freír, guisar, hornear o hacer a la parrilla. Las eryngii suelen cortarse en láminas y freírse como “filetes veganos”, mientras que los shiitake se usan en sopas, salteados y platos con arroz. Gracias a su estructura firme, mantienen su forma al cocinarse. Por ejemplo, setas ostra salteadas con cebolla, salsa de soja y filete de pollo forman un plato rápido y sabroso con un toque asiático. Las setas cultivadas abren nuevas posibilidades para la dieta diaria, sin depender de la temporada.

Setas secas y en escabeche: conservación y sabor intenso

Las setas secas y en escabeche son métodos prácticos para conservar la cosecha y disfrutar de un sabor concentrado durante todo el año. Se suelen secar boletus, rebozuelos y boletus de abedul. Antes de su uso, se remojan en agua durante unas horas y luego se añaden a sopas, salsas, cereales o guisos. Su sabor y aroma son mucho más intensos que los de las setas frescas. Las setas en escabeche son un producto listo para servir en aperitivos, ensaladas y bocadillos. Se conservan en un medio ácido con especias, ajo, pimienta y laurel. Las más comunes para encurtir son las setas de miel, boletus amarillos, setas ostra y champiñones. Estas setas son prácticas tanto para ocasiones especiales como para el menú diario. Por ejemplo, una ensalada de setas en escabeche con cebolla, alubias y trigo sarraceno es un plato nutritivo, sencillo y aromático que combina acidez, proteína y textura. Conservar setas permite diversificar la mesa en cualquier época del año.

Setas en los platos: un ingrediente universal

Las setas son uno de los ingredientes más versátiles: encajan perfectamente en sopas, guarniciones, ensaladas, pasteles, guisos, salsas y rellenos. Combinan con carne, cereales, verduras, huevos, queso y nata. Gracias a su rico sabor umami, a menudo se utilizan como sustituto de la carne en platos vegetarianos como hamburguesas de setas, lasañas, patés o rellenos de verduras. Las setas se usan en cocinas de todo el mundo – desde salsas francesas hasta sopas miso japonesas. En las ensaladas pueden ser la base o un complemento. Se añaden a pizzas, pastas, cremas, gratinados. No se utilizan en postres, pero contrastan muy bien con salsas agridulces y frutas en platos principales. Por ejemplo, champiñones guisados con cebolla, nata y yema de huevo son un relleno delicioso para crepes o tartaletas. Las setas permiten crear platos ricos, aromáticos y llenos de sabor.