
Calamares congelados

Los calamares congelados representan una forma práctica de conservar y utilizar uno de los mariscos más populares en la alimentación diaria. Conservan la mayoría de sus propiedades beneficiosas y cualidades gustativas, no requieren una preparación complicada, y su sabor neutro permite experimentar con diversas salsas y especias. En los platos, combinan bien con verduras, cereales y productos lácteos, creando combinaciones equilibradas y nutritivas. Más información sobre otros calamares se encuentra en esta sección.
Recetas de ensaladas con calamares congelados
Valor nutricional y beneficios de los calamares congelados
El calamar no solo es sabroso, sino también un marisco extremadamente nutritivo, caracterizado por un alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales. En 100 gramos de calamar hay aproximadamente 16 gramos de proteína, una cantidad mínima de grasa y solo unas 80 kcal, lo que lo convierte en una excelente opción para una dieta equilibrada y baja en calorías. También contiene oligoelementos beneficiosos como yodo, zinc, cobre, selenio, y vitaminas del grupo B, especialmente B12, que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso. Es especialmente valiosa la presencia de aminoácidos como la taurina, que ayuda a reducir el colesterol y fortalece el sistema cardiovascular. Gracias a esta composición, se recomienda incluir calamares congelados en la dieta de personas que cuidan su peso, practican deporte o se están recuperando de enfermedades. Son fáciles de digerir, no sobrecargan el sistema digestivo y no provocan sensación de pesadez. Combinados con otros ingredientes nutritivos, los calamares pueden servir no solo como acompañamiento, sino como base de un plato completo. Por ejemplo, en ensaladas combinan muy bien con maíz en conserva, generando un agradable contraste de texturas y resaltando el sabor suave del marisco.
Cómo descongelar y cocinar correctamente los calamares
La clave para platos sabrosos y tiernos con calamares está en la descongelación y cocción adecuadas. Lo ideal es descongelarlos lentamente en el refrigerador durante 8-10 horas. Este método ayuda a preservar su textura y sabor. Si se necesita acelerar el proceso, es posible descongelarlos en agua fría, pero nunca en agua caliente o tibia, ya que eso podría dañar la estructura de la carne. Después de descongelar, se deben quitar la piel, la pluma cartilaginosa y las vísceras si aún están presentes. No se deben cocer por más de 1-2 minutos, ya que la carne se vuelve dura y gomosa. Los métodos ideales de cocción son el salteado rápido, el escaldado o el horneado a alta temperatura. Si los calamares se cocinan por más tiempo (por ejemplo, en guisos), el tiempo de cocción debe superar los 30-40 minutos para que la carne vuelva a estar tierna. Para aromatizar los calamares se suelen utilizar especias, jugo de limón o ajo, que refuerzan su carácter marino. En recetas más intensas, los calamares combinan bien con ingredientes como la zanahoria fresca, que aporta color, dulzor y una textura crujiente.
Ensaladas y entrantes fríos con calamares
Los calamares congelados son un ingrediente ideal para preparar ensaladas y aperitivos fríos. Gracias a su sabor delicado y textura suave, se combinan bien con verduras, huevos, cereales y productos lácteos. Una de las opciones clásicas es una ensalada con calamares, huevo y mayonesa, que se puede enriquecer con hierbas frescas, pepino o maíz dulce. Un enfoque más moderno incluye ensaladas con aderezo de limón, aceite de oliva, mostaza a la antigua y mezclas de hojas verdes. En los menús festivos, los calamares se sirven a menudo como rollitos rellenos: tras escaldarlos, se rellenan con verduras, queso, setas o incluso huevas. Se sirven fríos con una salsa o una guarnición ligera. Otra opción popular son las tartaletas o canapés, donde los calamares se presentan con queso, hierbas y salsas especiadas. Para enriquecer las ensaladas, se pueden añadir ingredientes de sabor y textura marcados. Por ejemplo, el sabor suave de los calamares se equilibra muy bien con productos como los huevos cocidos de gallina, que aportan saciedad y armonía en la textura del plato.
Con qué combinar calamares: buenas combinaciones y sustituciones
El calamar tiene un sabor delicado que se adapta fácilmente a muchos ingredientes. En las ensaladas, se combina bien con verduras, huevos, hierbas y productos lácteos, creando platos tanto ligeros como más sustanciosos. En recetas calientes, los calamares se suelen combinar con cereales, salsas cremosas, tomates o setas. Es importante mantener el equilibrio: los calamares absorben rápidamente los sabores, por lo que conviene evitar ingredientes excesivamente salados o demasiado especiados. Entre las combinaciones básicas, los calamares con verduras guisadas, arroz o salsa cremosa funcionan muy bien. En este tipo de platos, los calamares conservan su ternura y estructura, aportando ligereza. En ensaladas, se pueden combinar con patatas cocidas o maíz en conserva – estos ingredientes aportan saciedad sin hacer el plato pesado. Si por alguna razón no se dispone de calamares, se pueden sustituir por otros mariscos de textura similar. Por ejemplo, una excelente alternativa son los langostinos cocidos, que también se cocinan rápidamente, tienen un sabor delicado y se usan en platos similares.