
Remolacha

La remolacha es una raíz de color intenso y sabor característico, indispensable en muchos platos de la cocina ucraniana e internacional. Se utiliza cocida, asada o cruda para preparar ensaladas, bortsch, aperitivos, salsas y guarniciones. La remolacha combina bien con pescado, carne, verduras, queso, especias, hierbas y diversos aderezos. En la sección raíces encontrarás otras formas de preparar vegetales que te ayudarán a diversificar tus recetas y darles nuevos matices de sabor.
Recetas de ensaladas con remolacha
Ensaladas con remolacha: color intenso y sabor profundo
La remolacha es uno de los ingredientes más comunes en las ensaladas, especialmente en su forma cocida o asada. Su color vibrante y dulzor agradable aportan a los platos profundidad de sabor y atractivo visual. Combina perfectamente con otras verduras, productos lácteos, pescado, carne, huevos y una variedad de aderezos. El ejemplo más conocido es la vinagreta clásica, en la que la remolacha es el componente principal junto con papas, zanahorias, pepinillos y guisantes. Otras variantes populares incluyen la ensalada de remolacha con ajo y crema, con nueces y ciruelas pasas, o con queso feta y hierbas. En versiones vegetarianas, la remolacha suele servirse con semillas, legumbres o un aderezo a base de jugo de limón o vinagre. Para un sabor más contrastante y equilibrado, se le añaden vegetales encurtidos, cebolla, especias o pescado. Por ejemplo, la ensalada con arenque salado, remolacha, papas, zanahorias y huevo da como resultado el clásico plato en capas conocido como “shuba”. La remolacha también combina muy bien con verduras frescas en ensaladas con aceite vegetal, donde su sabor destaca por su simplicidad y armonía.
Sopas con remolacha: bortsch y más
La remolacha es el ingrediente principal de muchas sopas, especialmente del bortsch – uno de los platos ucranianos más emblemáticos. Es la responsable del color característico del bortsch, su sabor dulce y su aroma profundo. Se utiliza fresca, salteada o guisada, a menudo en combinación con tomate, col, papas, zanahorias, cebolla y caldo de carne. Además del bortsch, la remolacha forma parte de sopas frías, sopas de verduras y cremas. En la receta clásica del bortsch, la remolacha se ralla o se corta en tiras finas, se sofríe con pasta de tomate y luego se añade al caldo junto con el resto de las verduras. En las versiones vegetarianas se combina con legumbres, cereales o setas, creando un sabor profundo y equilibrado sin componentes cárnicos. También se emplea en sopas ligeras de verano – como la sopa fría con kéfir o el gazpacho de remolacha. En las versiones modernas de sopas, la remolacha a menudo se sirve en puré – con crema, yogur, rábano picante o mostaza. Esta crema tiene un aspecto refinado y un sabor intenso, especialmente si se acompaña con semillas tostadas, queso suave o picatostes. La remolacha en sopas no solo es tradición, sino también una fuente de creatividad culinaria que permite redescubrir un ingrediente familiar.
Aperitivos con remolacha: ligeros, especiados y originales
La remolacha es ideal para preparar aperitivos fríos o calientes. Su textura suave y dulzura natural combinan perfectamente con componentes picantes, ácidos o cremosos. Con ella se preparan patés, rollitos, canapés, huevos rellenos, cremas para untar y ensaladas por capas. También sirve como una excelente base para presentaciones festivas gracias a su color y capacidad para mantener la forma. Una de las versiones más populares es el caviar de remolacha – un aperitivo hecho con remolacha cocida, cebolla salteada, zanahoria y pasta de tomate, que se sirve frío sobre pan o como guarnición. También se suele rallar y mezclar con ajo, nueces y crema agria para crear una pasta cremosa y aromática. En platos vegetarianos, la remolacha se sirve con legumbres, hierbas o pasta de aguacate. Otra opción interesante son los rollitos de remolacha rellenos de queso duro o crema. En este caso, la remolacha actúa como envoltorio delicado para un relleno salado, creando un contraste de sabores armonioso. Por ejemplo, en combinación con queso duro y hierbas, la remolacha no solo aporta sabor, sino también atractivo visual. Estos aperitivos son adecuados tanto para comidas cotidianas como para celebraciones especiales.
Remolacha en guarniciones, gratinados y platos de verduras
Gracias a su color vibrante, sabor dulce y alto valor nutritivo, la remolacha se utiliza con frecuencia en guarniciones y platos vegetales. Se hornea, se guisa, se fríe o se cuece al vapor, y se sirve sola o como parte de mezclas de verduras. Combina muy bien con crema, ajo, mantequilla, hierbas, especias y otras verduras como zanahoria, papa o coliflor. Una de las preparaciones más sencillas es la remolacha al horno con ajo y aceite de oliva – un plato que conserva su sabor natural y vitaminas. También se agrega a menudo a gratinados a base de papa, queso o huevo. En platos con cereales, la remolacha puede acompañar a la cebada, el bulgur o el trigo sarraceno, aportando color y profundidad. Para una textura más suave, se ralla o se tritura. Por ejemplo, un gratinado de remolacha, cebolla verde y salsa cremosa tiene una consistencia delicada y un aroma agradable. Combinada con hierbas aromáticas y queso, la remolacha revela nuevas facetas de sabor, especialmente tras el horneado. Estas guarniciones y platos al horno son ideales para el día a día y también pueden ser una alternativa interesante a las guarniciones vegetales tradicionales.
Remolacha con pescado, carne y salsas: armonía de sabor
La remolacha combina a la perfección con ingredientes cárnicos y de pescado, creando platos equilibrados y llenos de sabor. Gracias a su dulzor y textura firme, actúa como contraste natural frente a proteínas saladas, ahumadas o grasas. En estas recetas, la remolacha puede ser tanto el ingrediente principal como un complemento – en ensaladas, guarniciones, aperitivos o platos principales. La combinación más habitual es remolacha con arenque, como en el clásico plato en capas “shuba”, donde las verduras y el pescado forman una composición vistosa y sabrosa. También se sirve con carne cocida, hígado o pollo, a menudo en ensaladas con aderezos a base de crema o mayonesa. En recetas modernas, se asa junto con la carne o se sirve como guarnición – por ejemplo, con salsas de rábano picante, mostaza o miel. Un ejemplo interesante es una ensalada de remolacha asada, hierbas, queso blando y pepino fresco, servida con un aderezo suave de mostaza. Este plato es ideal para los menús de verano, combinando frescura y valor nutritivo. En versiones con carne, la remolacha puede actuar como contrapeso frente a ingredientes fritos o ahumados, equilibrando el plato tanto en sabor como en textura.