
Tomates

Los tomates son un ingrediente vibrante, jugoso y extremadamente versátil que se utiliza en cocinas de todo el mundo. Gracias a su frescura, dulzura y ligera acidez, aportan profundidad de sabor a ensaladas, sopas, gratinados y salsas. Soportan bien la cocción, conservando su jugosidad y aroma. Pueden comerse crudos, asados, guisados o fritos, y combinarse con una gran variedad de ingredientes, desde verduras hasta carnes y quesos. En la sección tomates encontrarás más ideas para inspirarte.
Recetas de ensaladas con tomates
Ensaladas con tomates frescos: frescura de temporada en cada bocado
Los tomates frescos son la base de muchas ensaladas conocidas por su ligereza, colores vivos y sabor intenso. Su pulpa jugosa, con un matiz dulce y ácido, combina bien con la mayoría de las verduras, hierbas, quesos e ingredientes proteicos. Una ensalada simple de tomates cortados, cebolla roja y aceite aromático no necesita nada más: en temporada, basta para crear un plato completo. Son especialmente populares las combinaciones de tomates con quesos frescos: el clásico caprese con mozzarella o una versión con queso feta y aceite de oliva. Estas ensaladas se enriquecen con hierbas como albahaca, perejil o rúcula, y a menudo se sirven como plato principal o guarnición. También se añaden tomates frescos a las ensaladas de cereales, donde realzan el sabor neutro del cuscús, el bulgur o la quinoa. Funcionan bien en ensaladas más complejas, como en platos en capas con frijoles cocidos, pimientos, maíz y salsas especiadas. En estas recetas es importante mantener el equilibrio de texturas, y los tomates aportan la jugosidad necesaria. Si se agregan trozos de pepino encurtido, la ensalada adquiere una nota picante que la revitaliza. Gracias a su versatilidad, los tomates siguen siendo uno de los ingredientes favoritos tanto en menús diarios como festivos.
Platos calientes con tomates: asar, guisar y freír
Los tomates no solo son la base de ensaladas frescas, también son un ingrediente indispensable en platos calientes. Resisten bien el calor, manteniendo parte de su jugo, estructura y aroma. Asarlos es una de las formas más sencillas y eficaces de realzar su sabor. Enteros o cortados, se asan con aceite de oliva, ajo y hierbas, dando lugar a una base aromática para pastas, guarniciones o platos principales. Otra opción popular son los tomates rellenos con mezclas de cereales, queso, carne o verduras. Estos platos son vistosos, y gracias a su forma natural, es fácil hornearlos en porciones individuales. También se usan en estofados y guisos, donde sueltan su jugo y crean una base sabrosa para cocinar otros ingredientes. Combinan especialmente bien con legumbres, como frijoles blancos guisados, a los que aportan jugosidad y acidez. Los tomates fritos en sartén son otro ejemplo de plato rápido y delicioso. Se pueden servir solos o como guarnición con carne, huevos, verduras o cereales. Combinados con ajo y hierbas, forman una base fragante perfecta para platos de estilo mediterráneo. Todo esto convierte a los tomates en uno de los ingredientes más versátiles para la cocina caliente.
Salsas de tomate: base de sabor y clásico gastronómico
Los tomates frescos son un ingrediente clave en muchas salsas, desde las más simples hasta las más elaboradas. Su acidez natural, dulzura y jugosidad los convierten en una base ideal para salsas espesas y aromáticas. En muchas cocinas del mundo, las salsas de tomate son la base de platos con pasta, carne, verduras, cereales e incluso pescado. La más conocida es la clásica salsa italiana de tomates guisados con ajo, albahaca, aceite de oliva y sal. Se puede preparar con tomates pelados, rallados o picados finamente. Una salsa de tomate básica puede transformarse en muchas variantes: con chile, vinagre balsámico, setas, especias o nata. Se utiliza a menudo en gratinados, lasañas, verduras rellenas y también como acompañamiento de cereales o pastas. También se elabora salsa tipo “salsa” a partir de tomates frescos: una salsa espesa con pimientos, cebolla, cilantro y zumo de lima, servida con aperitivos, carne o pescado. Los tomates combinan bien con productos lácteos, como yogur o queso crema. Mezclados con aceitunas verdes picadas y albahaca, se obtiene una versión mediterránea de pasta para untar. En la cocina casera son populares las salsas rápidas para patatas, arroz o trigo sarraceno: se sofríe cebolla, se añaden tomates rallados, un poco de azúcar y sal – y en pocos minutos se tiene una guarnición versátil. Los tomates abren un mundo de posibilidades creativas para preparar salsas, desde las más simples hasta las más sofisticadas.
Aperitivos, canapés y antipasti con tomates: un toque jugoso para cada formato
Los tomates frescos son ideales para crear aperitivos fríos, canapés y antipasti – tanto en comidas cotidianas como en mesas festivas. Gracias a su aspecto atractivo y sabor intenso, aportan expresividad visual y profundidad de sabor incluso a los platos más sencillos. Uno de los ejemplos más conocidos es el clásico caprese – rodajas de tomate, mozzarella y albahaca, rociados con aceite de oliva. Este aperitivo se prepara en pocos minutos, pero luce y sabe como un plato de restaurante. Los tomates se combinan fácilmente con tostadas, galletas saladas, pan crujiente o crostinis. Se pueden servir en rodajas o convertir en una pasta con ajo, aceite, especias y hierbas. Los mariscos son un excelente complemento para estos bocados. Combinados con gambas cocidas, los tomates frescos componen un plato elegante y ligero que puede servirse en tartaletas o pinchos. En menús vegetarianos o de ayuno, los tomates son especialmente apropiados: se usan en rollitos de berenjena, en bandejas de verduras, como relleno de profiteroles salados o como topping para canapés. Los antipasti con tomates, quesos, aceitunas y verduras asadas son una excelente opción para servir en formato “de un bocado”. Se sirven fácilmente, tienen un aspecto apetitoso y no requieren preparación compleja. Así, los tomates frescos siguen siendo los favoritos de quienes valoran el sabor, la sencillez y la estética en un solo aperitivo.